
Vivo debajo de una sombra que no me quiere dar la cara
y parece metida en una torre de marfil, pero camina con pasos de rutina
que solo los afina cuando se desviste o algo así.
Apenas le veo la silueta y tengo la medida de sus pasos
que de mañana son dramáticos con la angustia de un tren
y a la tarde, nostálgicos como arrepentidos de volver.
Es una sombra callada, como todas pero parece sin dueño.
Me la imagino vestida de tristeza y eso me quita el sueño
cuando sus tacones me despiertan antes de que suene un tren.
También es previsiva pues se va y deja prendida una máquina de tiempo
que sirve para prender mi maquinita de café.
Pienso que si se cazan mariposas se podría cazar sombras con una red.
Vivo debajo de una sombra que no me quiere dar la cara
y parece metida en una torre de marfil
pero ayer la pude ver de perfil.
Creo que anda triste por los elefantes que por su torre tuvieron que morir.
Era del color de mi sombra y caminaba como ella en realidad.