Month: June 2020

Cuervos

Un cuervo de repente alivia al cielo de monotonías grises
como una nota negra escapándose del pentagrama
que estoy dibujando para ti.
Y detrás viene otro cuervo
y otro

Y otros más
con su bulla y sus piruetas
felices como ladronzuelos en vacaciones
aunque hoy…
se están robando mi melodía para dejarme la de ellos
y aquí la tengo…
Parece una fanfarria con clarinetes de bambú

Pero su algarabía poco a poco se va diluyendo 
y mi cuaderno nuevamente queda limpio a la espera de notas
para esa melodía
que no sé cuándo levante vuelo.

Si lo hace –y eso espero-
que tenga las notas multicolores de otras aves
y llegar hasta donde estás
en tu silencio.

Fergusson, MO

Amanecer de gallos en el sur 
cantando para los vivos y los muertos. 

Dedos negros fáciles sobre el saxofón 
redondean un jazz sin dueño. 

 Amanecer de gatillos en el sur 
danzando para los vivos en suspenso. 

Dedos blancos sobre las carcazas, 
con la clave fácil de lo incierto. 

 
Gallos y gatillos de amanecer 
y dedos danzantes en Ferguson,
las notas de un saxofón
están desperdigadas por el suelo.

En Dover, NJ

Hoy vi el memorial de un soldado  conocido 
vestido con el bronce habitual donde no duelen las heridas. 
Todavía estaba con el brazo extendido por la granada 
recién lanzada y que nunca tocó tierra. 

Con su mirada fundida observa eternamente un cielo 
al que lo condenaron las órdenes y después el escultor. 
De vez en cuando desciende algún cuervo sobre el brazo
frío para recordar la única nota ética que tienen las guerras. 

De la granada no se sabe si estalló pero el soldado, sin tiempo para protegerse, conserva aún el rictus del muchacho recién arrancado del sueño en casarse con la jovencita que le dedicó sus miradas en un evento de rodeo. 

El soldado de bronce ya no volverá al rodeo, y como las estatuas ecuestres son solo para generales si las guerras se hicieran todavía a caballo, él seguiría a pie y vulnerable, ignorando que más allá sobre otro pedestal en el mismo pueblo, está el cascarón de un tanque venerado por haber servido bajo Patton. 

Decorado con la bandera nacional, su cañón duerme 
con la boca abierta. La granada mientras tanto 
seguirá viajando a otro memorial desconocido. 

A la Paz ya en ti

(A quienes han dejado las armas de palabras y de fuego en Colombia)

Vi la paz ya inscrita en ti. Ella
aún doncella con tono de risa
como salida de la mano de un Van Gogh
sin camisa.

Vi la paz ya inscrita en ti. Ella
sueña con un campo inocente
de razones para mutilarse
una oreja.

Vi la paz ya inscrita en ti: ella,
piedra recién horneada
como el pan que alimentó
a los que no están.