En un castillo de palo
sin almenas y sin torres,
al Conde Calabaza
lo visitan unas flores
Son estrellas que vienen
en plan de vacaciones,
pues arriba en el cielo
solo salen de noche.
Y se vienen a casar
en casa del Sr conde:
la una con su corola,
la otra con el polen.
Y cuando ya se casen
regresarán a la noche,
dejando una calabacita
que después se recoge.
En su castillo de palo
se quedó dormido el Conde
soñando que las estrellas
se van volviendo flores.