Amiga del tiempo
con el tinte dorado de la caña de azúcar,
el melao de tu risa brota fácil sin el arduo trabajo
de resolver los enigmas de la vida.
Parece que el sol salió a pasear cuando naciste
y se quedó a jugar entre tu cañadulzal
con colores que cantan.
En nuestro atardecer veremos la luna
cuando salga a saludar como la buena señora del cerro
feliz de una visita.
Amiga del tiempo,
un café endulzado con el melao de tu molienda
es un regalo en cualquier atardecer.