Avanzar por las cosas detenidas hasta el límite del tiempo
y cruzar al otro lado donde está el comienzo
de una luna de poeta en su casette eterno.
Pararse ante las cosas detenidas y sacarles una foto
y embarcarlas en un álbum por parejas sin sexo
copiando lo que hizo un hombre de quinientos años
mucho antes del teléfono.
Porque se sabe que las cosas detenidas
se pueden derrumbar antes del arrepentimiento
para evaporarse después como pirotecnia
de nubes multicolores todavía sin diseño.
Hay tantas cosas detenidas
que por guardarlas no para la cosecha de muertos
y antes de que llegue ese mañana
espero decirte que te quiero.