Cuento ferroviario suburbano

No dejaste más señales que una humareda de palabras grises, y te marchaste en aquel tren calcado de un álbum de la preguerra. 

Yo esperé a otro tren pensando que fuera el mismo
que te trajo la primera vez  que te vi, sin tu aureola de soberbia. 

Pero no fue así, y después una brisa gentil dispersó el humo hasta cierto panteón de pocos adeptos y la estación quedó desierta. 

Y como en mis sueños nunca envejece mi trencito eléctrico, esperando en el andén mi subway, imagino que volverás en uno, en la silla del maquinista y con gorrita nueva. 

Belleza helada

Tu rostro es el mismo en todas partes,
y lo veo en un bosque congelado
donde la nieve es un papel preparado
para escribir con pisadas dos verdades:
que somos la misma partícula flotando
de las piedras, a los cielos, a mi carne
y que de tus besos me estoy olvidando.

Tu rostro es el mismo en todas partes
y ayer tenia el toque salado de las olas
y más tarde el salobre de las lágrimas
por un no se qué ni cuándo. El sol
lo suelta bajo las alas de unos gansos
que se lo llevan primero a un lago triste
para guardarlo después en un remanso.
.
Tu rostro es el mismo en todas partes
y cuando el hielo se rompa en mil espejos,
cada uno llevará impreso tu rostro
como estampillas de cartas fugaces
que se pondrán a lo largo del sendero
con palabras para todo caminante
sobre amores que no mata el invierno.

Minicuento ferroviario

El tejedor de sueños se marchó en el tren de la tarde pero dejó armada una red grande con hilos de colores para que la gente elevara cometas y viajara con ellas a la primera estación del recorrido. Él, había llegado en el tren de la mañana antes de existir la carretera y la estación era lo único que mantenía a los negocios y a las fritangueras. 

Ya ido el tejedor quién sabe si llegará otro. No conocimos más que a uno. Por eso la pasamos con el oído pegado a la carrilera. 

Coplas del Monte

Por los Montes de María
hace falta un San José
que nos libre de una bestia
cuyo nombre yo no sé.

Tiene dientes como el lobo
pero el lobo es bello ser,
que protege a la familia
y le busca de comer.

Tiene ojos de una hiena
pero la hiena sabe ver,
que si se come a un animal
es porque otro va a nacer.

Tiene patas de elefante
pero el elefante pisa bien,
sin hacer sangrar la tierra
con estampidas quitapiés.

Tiene astucia de serpiente
pues se sabe esconder,
pero la culebra avisa
antes de ir a morder.

En fin, con esta bestia
que nos libre San José,
los animales tienen alma
pero esta, yo no sé.

Casanare reseca

Fondo de buitres, derroche de moscas
pintados en un cuadro de nubes negras,
que en lugar de lluvias traen vacas muertas
y acordes en el aire de sórdidas notas.

La vista no acepta, la nariz no miente,
pero aún así la tarde está serena,
para que el sol complete su faena
alimentando a la tierra con la muerte.

Y aunque la realidad parezca obscena,
porque las aguas se fueron con lo verde,
puede que exista el tiempo suficiente

pero marcado en un reloj de arena,
para humedecer con lágrimas la tierra
y hacer que el río baje nuevamente.

Adiós Rascal

Ya se marchó el perrito
pues había hecho la tarea
de ayudarnos a crecer
como un alma compañera

Hasta el cielo de los perros
llegó uno de orejas negras
esperando que otros niños
¡lo vuelvan a llamar a tierra!

Todos somos iguales
y andamos la misma senda:
los unos con cuatro patas,
y los que les damos merienda.

Gracias por todo Rascal,
y hasta cuando Dios quiera
dejarnos en esta vida
para recordar tu leyenda.