Ropa limpia colgada afuera
esperando la bendición del sol y el viento
en la casita de la calle empinada,
por modestia la puerta está cerrada
pero hay fiesta de colores en la cuerda
El agua y el jabón las saben todas
aventuras que no pasan del pensamiento
pero nada preguntan lavando el pasado,
sacan de la ropa el dolor y el pecado
para que vuelvan a la virtud o al lodo
Colgada en la cuerda o la ventana
después de tapar gozo o sufrimiento
la ropa mojada parece una bandera
signo de la vida que aún queda
o espécimen de la raza humana
En todos los tiempos de paz o de guerra
los trapos necesitan a los elementos
que nos dejan respirar con un cambio de piel,
pero si el agua se llegara a perder
solo habrá un uso fatal para esa cuerda
Mejor sería devolver la historia
hasta el punto original del pensamiento
y reclamarle a Dios porque nos hizo
sin pelambre ni plumas porque quiso
un alma desnuda para su gloria
Ropa limpia gracias al agua,
poder lavarla no tiene precio
y sentir que cambiamos cada día
de piel y por dentro de energía
para seguir avivando nuestra fragua
En la casita de la calle empinada
al cumplir su labor el sol y el viento
unas manos recogerán la cosecha
para mostrar por las calles recién hecha
la tarea particular de la especie humana