Una senda de bicicletas a medio transitar,
y las huellas de un hombre con su perro.
Por aquí no pasaste pues tu pie es más pequeño.
Es un camino curvado a la fuerza
por historias de cazadores y guerreros,
que sirvió por igual a los vencidos
– y a los que vencieron –
Con la ayuda de una Guerra Civil
terminó domesticado – y me da tiempo –
para fijarme en la algarabía de los cuervos.
Hoy es un camino pedregoso que recita
mis pasos como metrónomo – más o ménos –
y sin importar la carga de mis pensamientos.
En él, busco tus huellas, amor y no las veo,
sin que ello indique que te estoy siguiendo.
Puede ser por costumbre, recordando algún bolero.