Escondidos tras la niebla en lontananza
están los bártulos comunes de montura
para un jumento que es cabalgadura
del siempre recordado Sancho Panza.
Viajan solos regresando a su labranza
pues se acabaron los días de aventura
después que regresó a la cordura
su señor, Don Quijote de la Mancha.
Sobre un barranco se paró el pollino
compañero de todas sus andanzas
a esperar a que su amo Sancho Panza
se levante a reiniciar el camino.
Pero si no sale y aumenta la tardanza
no hace nada porque esto es una chanza.