Un punto o una coma, o punto y coma
para partir en dos a la rutina
con su cara cómoda y asesina.
Esa es la función de la paloma
parada donde siempre la parezca:
en la estatua del héroe o en la esquina
donde encuentra la migaja mezquina
aunque quizás mañana no amanezca.
Palomita de colores tan simples
con ellos vas animando a mi ciudad
con tu vuelo ordinario y la cantidad
de regueros blancos y plumas tristes
donde duermes, ahí en tu cavidad.
Contigo, el paisaje es de calidad.