Solita

Soledad, tranquila sobre las piedras
pintas de blanco las paredes para borrar
lo que no es de tu esencia

Entre balcones coloniales flotan voces de otros siglos
revueltas con humos de tabaco
y sudor de caballo

Mientras tú sigues jugando canicas
con el tiempo, yo sigo caminando
y al alejarme siento que cuentas mis pasos

Soledad, tan sencillo como María
llevas un nombre con el cual
es muy difícil no sentirse enamorado.

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